viernes, 5 de septiembre de 2008

Amenazas verdaderas e imaginarias

Un estudiante de licenciatura en ciencias políticas podría decirles quién prevalecerá si negociadores de Canadá, Estados Unidos y México se reúnen para establecer una estrategia común (una pista: no será México, ni Canadá). Descrita oficialmente como "... una iniciativa encabezada por la Casa Blanca entre Estados Unidos y las dos naciones con las que comparte fronteras—Canadá y México—para aumentar la seguridad y fomentar la prosperidad entre los tres países por la vía de una mayor cooperación", el ASP AN presenta una amenaza mucho más palpable para la soberanía de los dos socios menores del TLCAN. Los canadienses son quienes más activamente se han opuesto al ASP AN, no por miedo a una NAU mítica, sino ante amenazas reales a su capacidad de proteger la salud del consumidor, sus recursos naturales y el ambiente. Las reglas del ASP AN obligarían a la apertura a la producción petrolera en áreas ecológicamente delicadas y canalizarían el abastecimiento de agua hacia las necesidades de Estados Unidos. De igual manera, las organizaciones cívicas mexicanas han protestado contra las presiones, provenientes del ASP AN, para la privatización del petróleo mexicano y la facilidad para una mayor intervención de Estados Unidos en el sistema de seguridad nacional de México.

Ambos temores se han hecho patentes en los últimos meses. Se espera que el presidente Felipe Calderón anuncie cualquier día de éstos un plan para privatizar sectores de la empresa petrolera paraestatal PEMEX. El Plan México (también conocido como Iniciativa Mérida), actualmente en estudio por el congreso de Estados Unidos, va muchísimo más allá que cualquier otra medida en la historia de la relación binacional hacia el desarrollo de un (así llamado) perímetro común de seguridad, dentro del cual equipos gubernamentales de Estados Unidos y empresas contratistas de defensa privada capacitarían fuerzas de seguridad, coordinarían la acumulación de inteligencia y proporcionarían equipo de defensa para su empleo contra amenazas internas. Pocos países en el mundo han mostrado esta disposición para asumir esta clase de riesgo.

Por lo que toca al avance hacia una América del Norte sin fronteras, los años transcurridos desde la implantación del ASP AN han demostrado un endurecimiento de la frontera entre Estados Unidos y México nunca antes vista en la historia moderna. Quince mil agentes de la Patrulla Fronteriza, 6,000 miembros de la Guardia Nacional y un muro fronterizo desmienten poderosamente cualquier idea de que el gobierno estadounidense se proponga eliminar fronteras al mismo tiempo que avanza hacia una secreta Unión Norteamericana.

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